En lo que llevamos de verano ya hemos sufrido varias olas de calor con temperaturas tan elevadas que dejan a su paso los conocidísimos “golpes de calor”, un peligro que puede afectar tanto a jóvenes, personas ancianas o a quienes realizan actividad física intensa en horas de máxima insolación.
Lo primero que debemos saber es que un golpe de calor se produce cuando nuestro organismo no es capaz de regular la temperatura corporal por sí mismo y comienza a calentarse con rapidez hasta rondar los 40 grados, cuando normalmente la temperatura corporal normal se sitúa en torno a los 37 grados.
Como profesionales de la farmacia comunitaria, hay una serie de recomendaciones que podemos dar a los clientes que acudan en busca de información.
Consejos para prevenir un golpe de calor
Para enfriar nuestro cuerpo y evitar que la temperatura corporal se eleve en exceso disponemos de un mecanismo muy importante como es la sudoración. Para prevenir un golpe de calor es imprescindible mantener una adecuada hidratación. Es importante saber que la necesidad de agua varía en cada persona en función de la actividad física, alimentación, condiciones ambientales, consumo de alcohol, problemas de salud, la edad y los medicamentos.
Las horas centrales del día (de 12 a 17 horas) son las más calurosas, por eso es importante evitar la exposición al sol en la medida de lo posible en esa franja y, sobre todo, no realizar una actividad física intensa que nos predispondría a sufrir un golpe de calor. Muchas veces es imposible esquivar el sol; en tal caso es recomendable vestir ropa ligera y cubrir adecuadamente la piel y los ojos con gafas, gorras o sombreros.
Las personas medicadas tienen que tomar una precaución especial, ya que algunos medicamentos agravar los efectos del calor; por ejemplo, los medicamentos diuréticos favorecen la deshidratación y los antiinflamatorios, algunos antihipertensivos y antidiabéticos pueden incluso afectar los riñones.
Hay ciertos fármacos que pueden interferir en los mecanismos termorreguladores del organismo como los antihistamínicos, antidepresivos y medicamentos para el párkinson, que pueden llegar a impedir la sudoración. Por último, algunos productos como los descongestionantes nasales pueden restringir la dilatación de los vasos sanguíneos, otro mecanismo clave para mantener la temperatura corporal.
Cómo saber identificar un golpe de calor
La fiebre elevada, descoordinación, somnolencia, dolor de cabeza, pulso acelerado, mareo o aturdimiento son algunos síntomas de que la persona puede estar sufriendo un golpe de calor, y es necesario actuar con agilidad y eficiencia ya que se trata de una situación peligrosa.
Si persona presenta estos síntomas es importante avisar con rapidez a emergencias, especialmente todo si el afectado ha perdido el conocimiento. Hasta que los servicios de urgencia se aproximen al lugar, conviene trasladar al afectado a un lugar fresco y ventilado, quitarle la ropa y cubrirlo con algo húmedo o aplicarle agua fresca.
Nos espera un verano caluroso, y es importante saber abordar la problemática de los golpes de calor, aunque un buen consejo farmacéutico será importante para adoptar medidas preventivas y reducir el riesgo de sufrirlo.