Francisco Alejandro Amadio, abogado con matrícula del Colegio de Abogados de Entre Ríos, se vio sorprendido por la llegada a su domicilio de una comisión policial con orden de allanamiento tras haber sido denunciado por violencia de género.
Lo notable del caso fue que la actuación policial vino a certificar lo que en la denuncia por violencia se había volcado en cuanto a que el hombre poseía un arsenal de armas, las que fueron secuestradas.
“Puntualmente, en el domicilio se secuestraron dos pistola calibre 9 mm marca bersa, cinco cargadores de 9 mm, 48 cartuchos 9 mm, tres carabinas calibre .22 mm, 100 cartuchos sin percutir calibre 22mm.”
“Asimismo, por disposición del fiscal Francisco Paoli, el trabajador del derecho identificado como Francisco Alejandro Amadio, quedó detenido y alojado en la Alcaidía.”
Sus colegas del Ministerio Público Fiscal deberán determinar si el profesional del derecho posee las credenciales de legítimo usuario para todas y cada una de las armas, dado que resulta llamativo que posea no una sino dos pistolas 9 mm. con sus cargadores y munición correspondiente, lo que resultaría -a simple vista- hasta excesivo como para alegar que posee armas para su defensa y se encontraban dentro de su domicilio, pero no se puede poner en duda, sus intenciones de prepararse por el hipotético caso de que se produzca una guerra que amerite estar armado para defenderse.