El operativo fue el resultado de una investigación llevada adelante por la División Criminalística, a cargo del comisario inspector José María Rosatelli, bajo las directivas de la fiscal Daniela Montangie.
La pesquisa señalaba que los integrantes del clan Peralta, utilizando su poderío económico y la utilización de armas de fuego, fueron desplazando a los vecinos de sus viviendas para quedarse con las mismas y que luego sean ocupadas por familiares y hasta utilizándolas como bunker de acopio para la droga o el armamento.
La investigación desembocó en doce allanamientos que fueron autorizados por el Juez de Garantías, Francisco Ledesma, y permitieron secuestrar un arma de fuego calibre 22, dos pistolas 6.35 y dos pistolas 9mm.
Además, se secuestraron envoltorios de cocaína fraccionados y listos para comercializar, siendo la primera vez luego de tantos operativos que logran hallar droga a la banda narco en cuestión. También, se secuestraron más de 120 cartuchos de diversos calibres y una suma superior a los 400.000 pesos.
Asimismo, un agente del Servicio Penitenciario de apellido Quintana, quedó aprehendido y a disposición de la justicia. Se sospecha que el funcionario, allegado al clan Peralta, ingresaría armas de fuego y material estupefacientes a la Unidad Penal.