El hecho ocurrió el pasado 29 de febrero y se habría debido a la negligencia de un empleado, durante su turno de guardia, que olvidó apagar la bomba dosificadora de policloruro de aluminio, un químico utilizado en el proceso de decantación de residuos sólidos.
Aunque el empleado fue despedido, tanto la dirección de EDOS como el sindicato, que aboga por la reincorporación del trabajador y es uno de los motivos del anuncio de medidas de fuerzas que se conocieron hoy, optaron por el silencio, sin tomar medidas que pudieran prevenir graves perjuicios para la salud de la comunidad.
El policloruro de aluminio se utiliza comúnmente como floculante en el tratamiento del agua, pero su exceso puede aumentar la concentración de aluminio, afectando la salud humana y animal, así como representando un riesgo ambiental. En niveles elevados puede causar problemas renales o neuronales. Además, provoca daños en las cañerías y tiene efectos residuales. A pesar de estos riesgos, los directivos y el sindicato, que estaban al tanto del incidente, decidieron ocultar la información en lugar de alertar a la población sobre el peligro.
Según informaron a los medios de la Ciudad, un concejal intentó comunicarse con el asesor legal del EDOS, el abogado Claudio Daniel D’Antonio, para advertir tal situación, pero no obtuvo respuesta.