Entre Ríos mostró cohesión política entre todos sus diputados nacionales.
El proyecto fue acompañado desde un comienzo por el diputado de la Libertad Avanza, Beltrán Benedit, quien ya había apoyado el dictamen de mayoría como integrante de la Comisión de Legislación General.
También votaron en contra, los cuatro diputados de Juntos por Entre Ríos. Los tres radicales: Atilio Benedetti, Pedro Galimberti y Marcela Ántola; y Francisco Morchio, del PRO. Los cuatro se habían comprometido a acompañar la posición del gobernador Rogelio Frigerio de “apoyar las herramientas que el Presidente necesita para resolver los problemas del país”, como parte de las negociaciones que los mandatarios sostienen con el gobierno nacional para el financiamiento de las provincias.
De los cuatro diputados de Juntos por Entre Ríos, Morchio es el más cercano a Frigerio. Benedetti fue su principal aliado en la UCR y Galimberti el dirigente que se atrevió a enfrentarlo en la interna de 2021 y de 2023, aunque, luego de ese proceso, importantes dirigentes de su espacio se integraron al gobierno provincial. Ántola responde a la conducción nacional del líder de la línea Evolución y presidente de la UCR, Martín Lousteau, uno de los radicales más críticos con el gobierno de Milei.
Los tres radicales integran el bloque de la UCR y Morchio la bancada Hacemos Coalición Federal, que preside Miguel Ángel Pichetto, una figura clave en este proceso para las reformas sobre el proyecto original que pulieron las emergencias, delegaciones de facultades y privatizaciones que se le conceden al presidente Milei.
En el debate previo en comisión, Galimberti se abstuvo y Benedetti firmó en disidencia el dictamen de mayoría que, en estas tres jornadas de debate en el recinto, fue para muchos diputados un misterio, por las continuas modificaciones que sufrió. En el recinto, Benedetti señaló sus disidencias.
Se decía que Morchio es quien con más fidelidad seguirá las posiciones de Frigerio; que ideológicamente Benedetti era quien más coincidía con el norte del gobierno de Milei (de hecho jugó en la interna junto a Patricia Bullrich); que Ántola podría encontrarse con algunas disyuntivas si las posiciones de Frigerio y Lousteau no coincidieran en alguna reforma en particular; y que Galimberti buscaría salvar las banderas históricas de la UCR (anticipó que no votaria la delegación de facultades y las privatizaciones) en un equilibrio que cuidará, al mismo tiempo, los intereses de Frigerio y de su propio futuro político, que imagina en la línea de Facundo Manes.
Hoy, leyendo el diario del día siguiente, nos encontramos que “las fuerzas del Cielo” no estaban compuestas por la tropa del Gobernador Frigerio ya que acompañaron la aprobación de la ley en general, pero votaron en contra de los artículos en particular, que determinaron la caida de la Ley Omnibus.
Hicieron HISTORIA, demostrando que Entre Ríos, pese a sus diferencias políticas, que las tiene y es saludable que así sea, no está dispuesta -en su conjunto- a ser la escribanía del Poder Ejecutivo. La intransigencia del presidente Milei y de sus espadachines más cercanos para negar la coparticipación del impuesto PAIS es una de las numerosas causas que causaron la catástrofe oficial.