El diputado provincial Néstor Loggio (Frente Creer Entre Ríos) presentó un esquema de 8 preguntas y respuestas para entender el contexto actual de la Argentina y el porqué es necesario votar a Sergio Massa como presidente de la Nación.
¿La Argentina está en crisis?
Sí. Es evidente. Lo vivimos y palpamos todos los días. La plata no alcanza y aún personas con trabajos formales están en situación de pobreza.
¿Esta crisis es por la inflación?
No. La inflación es una consecuencia de la crisis. Algunas de las causas de lo que estamos viviendo tienen años y otras son recientes, pero todas tienen un componente común: la falta de dólares.
¿Cuales son las causas de la crisis?
Dentro de las causas más lejanas de la crisis, la principal es el endeudamiento que dejó el gobierno de Mauricio Macri. En 2015, la Argentina mutó de un proyecto productivista de base industrial a uno de especulación financiera.
Fondos buitres internacionales traían sus dólares a la Argentina, los convertían a pesos y aprovechaban las altas tasas de interés en distintos instrumentos financieros para volver a dolarizarse. Este esquema funcionó mientras se pudo tomar deuda en los mercados financieros. Agotada esta instancia, Macri recurrió al FMI, que con el préstamo de 55 mil millones de dólares, terminó de financiar la salida de los fondos especulativos de la Argentina.
Así, nuestro país se quedó sin acceso a los mercados financieros y atado de pies y manos a los condicionamientos del Fondo. En ese escenario, llegó la pandemia de Covid – 19.
¿Qué tanto impactó el Coronavirus en la economía?
La pandemia obligó a paralizar la actividad para frenar la circulación del virus. Para mantener el consumo de la población y evitar que las empresas quiebren, el Estado nacional debía destinar grandes cantidades de fondos. Impedido de endeudarse, como hicieron la gran mayoría de los países del mundo para financiar la pandemia, el Estado argentino debió emitir moneda nacional.
A medida que se fue superando la situación sanitaria y la economía recuperó su circuito, ese exceso de pesos presionó al dólar a la suba. El corrimiento del valor de la divisa norteamericana arrastró los precios. Este fue el inicio de un nuevo espiral inflacionario que partía de niveles altos: Macri dejó el gobierno con una suba anual de precios del 50%, siendo que recibió la administración del Estado con un tasa del 22% anual, en las mediciones más pesimistas.
En el último tramo de la pandemia, Rusia invadió parte de Ucrania provocando el primer conflicto armado a escala continental en Europa desde la 2da Guerra Mundial.
¿Por qué una guerra en Europa afecta al bolsillo de los argentinos?
Porque ante un escenario bélico, el mercado de insumos básicos (petróleo, gas y alimentos, principalmente) entra en fase especulativa e incrementa sus precios relativos frente a otros insumos. Además, Rusia y Ucrania son dos grandes productores mundiales de estos insumos y su salida del mercado golpeó las cotizaciones.
La Argentina tiene una pata floja desde hace una década al menos: la energía. Por eso, durante su segundo mandato, Cristina Fernández de Kirchner decide enviar al Congreso el proyecto para lograr la estatización de YPF lo que significó para la Argentina la recuperación de su soberanía hidrocarburífera en un momento donde éramos el único país de Latinoamérica -y de casi todo el mundo- que no manejaba sus recursos naturales. Con esta herramienta, el Estado nacional podía realizar las inversiones que no hacían los privados y reducir o terminar con las importaciones de gas y petróleo para abastecer el mercado interno.
En ese contexto se decidió políticamente potenciar Vaca Muerta, una reserva de gas y petróleo que podría abastecer a todo Sudamérica durante medio siglo. Sin embargo, el gobierno de Mauricio Macri paralizó las inversiones de infraestructura entre 2015 y 2019, por lo que los gasoductos y oleoductos que el país necesitaba no estuvieron a tiempo.
Recién este año se terminó el gasoducto “Néstor Kirchner”, financiado en gran parte con el impuesto a las grandes riquezas que se creó durante la pandemia. Este sistema permitirá terminar con la dependencia del gas importado y, además, exportar a países vecinos.
De esta manera, la cuenta en dólares que hoy es negativa en unos 5 mil millones de dólares pasará a ser positiva en más de 12 mil millones de dólares a partir del año próximo.
¿Qué otro factor condiciona la economía nacional?
El gran condicionante de la economía argentina en 2023 ha sido la sequía que afectó la zona central del país y que redujo las exportaciones de granos en casi 25 mil millones de dólares. Esa es otra de las causas por las que faltan divisas en la Argentina.
La sequía afectó la cosecha y todo la economía relacionada con la agroindustria (maquinaria, fletes, operarios). El escenario se agravó porque la baja de la producción argentina tuvo como contrapartida una cosecha récord de Brasil que impidió que la menor oferta se compense con una suba de precios.
Pero entonces ¿Esta crisis es pasajera o permanente?
Los factores que han generado esta crisis tienden a disiparse hacia 2024, principalmente el faltante de dólares.
Las gestiones del ministro de Economía Sergio Massa permitieron que Argentina encuentre en China y en países de Oriente Medio, como Qatar, fondos para cumplir con el FMI y evitar parcialmente sus condicionalidades.
A partir del año próximo, nuestro país recuperará las exportaciones de granos porque la sequía ha quedado atrás y, en materia energética, dejará de ser importador y pasará a ser exportador de gas y petróleo. Así, se incrementa el saldo comercial de divisas que permitirá atender la importación de todos los insumos que requiere la industria y la producción para seguir creciendo.
En esta línea, Argentina está potenciando su producción minera, que es otro de los espacios de exportación de commodities que nos va a permitir tener dólares. El rol de la minería es central para nuestro país en los próximos años. Por eso el gobierno nacional está enfocado en generar las condiciones necesarias para que este sector siga creciendo porque es clave para el desarrollo.
El litio y el cobre son los minerales que están creciendo en las geoexportaciones y todos los empresarios y expertos coinciden en que Argentina reúne todas las oportunidades y potencialidades para desarrollar estas industrias. Incluso se prevé que la Argentina será el segundo productor mundial de litio en 2030.
El esfuerzo que hemos hecho como pueblo durante estos años y la mejora del contexto está permitiendo dejar atrás el peor escenario. No dejará de haber problemas, pero el Estado contará con los instrumentos para atenderlos de mejor forma y por ende bajará la inflación que es lo más importante porque garantiza que haya crecimiento económico con inclusión social. Ese es el camino y los objetivos que nos planteamos desde nuestro proyecto político.
¿Esto significa que, gobierne quien gobierne en 2024, la situación mejorará?
No hay que caer en esa simplificación. Las variables económicas serán favorables a partir del año próximo. Pero dependerá de quién esté al frente del Estado si se direccionan a mejorar la situación de millones de argentinos o si, por el contrario, eso termina en los bolsillos de cuatro vivos.
El único que puede asegurar que todos seremos protagonistas y no espectadores del nuevo escenario es Sergio Massa. El actual ministro viene dando muestras claras de que en el centro de sus decisiones está la gente y no los poderosos.
Pero para ello no bastará un solo hombre o una fuerza política. Será necesario un gobierno de unidad nacional, como propone Massa, en el que participen todos los espacios políticos con sus propias identidades así como también los sectores productivos, industriales y del trabajo. A partir del 10 de diciembre, la construcción del futuro será una tarea de todos.