“Me tocó ser testigo casual del hecho”, comenzó señalando la locutora Claudia García; quién pudo observar – entre otras cosas – “qué tenía el femicida dentro del auto, cómo se encontraba el cuerpo y uno aprende cómo es la modalidad de la Policía, para trabajar en estos casos”.
La trabajadora de los medios contó que “todo fue una experiencia fuerte” y que pudo ver “cómo llamaron al papá del femicida – una persona mayor, de 70 y pico de años – y hasta pude ver el arma 9 mm, con un cargador de 12 balas, las cuales 6 ya habían sido disparadas”. Acotó que “en el asiento trasero estaba la factura de compra del arma y los papeles de portación”.
“Además, dentro del auto había una caja con unos 50 cartuchos más, gas pimienta, en el baúl del auto había sogas y una carta que dejó”, detalló.
Según explicó la testigo, por el contenido de esa carta “se desprende que el pibe sabía lo que hacía y que ya estaba decidido a hacer lo que hizo”.
García pidió disculpas por la terminología pero explicó que en el escrito, el femicida expresaba “que estaba cansado del boludeo, que no soportaba más y que – esto es algo que me llamó mucho la atención – por cualquier queja o agradecimiento se tenían que dirigir a su tumba”.
La locutora informó también que “cuando llegué había dos chicas, sentadas en una pared, que se notaba que estaban acongojadas”. Se trataría de las amigas de la víctima, quiénes habrían presenciado la trágica escena.
Por último, la testigo puntualizó que “hablando con los vecinos, me dijeron que días atrás ya habían visto este auto por la zona”.