En cuanto al porcentaje de mujeres que no trabajan ni estudian, es 10% mayor que sus pares varones. Por otro lado, el estudio indica que alrededor de 2 de cada 10 jóvenes, pertenecientes al estrato de trabajador integrado o de trabajadores marginales, no estudian ni trabajan ni buscan empleo en 2021.
En la Argentina uno de cada cuatro jóvenes de entre 18 y 24 años no estudia ni trabaja y más de la mitad se encuentran excluidos del sistema educativo, de acuerdo a un relevamiento llevado a cabo por el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA).
La investigación denominada “Jóvenes de 18 a 24 años que no estudian ni trabajan en la Argentina urbana pre-post pandemia (2017-2021)” determinó que a pesar de que en el 2021 la escolarización de los jóvenes experimentó una mejora con respecto a años anteriores, los jóvenes de 18 a 24 años excluidos del sistema educativo representan a más de la mitad.
Al mismo tiempo, el informe detalla que sin muchos cambios antes o después de la pandemia del Covid-19, de manera persistente, entre 2017 a 2021, más del 25% (1 de cada 4 jóvenes) no estudia ni trabaja de manera remunerada.
En cuanto al porcentaje de mujeres que no trabajan ni estudian, es 10% mayor que sus pares varones. Esta situación se reproduce de manera agravada cuando incluimos a los desocupados en el déficit: 3 de cada 10 jóvenes mujeres (22,9%), versus 2 de cada 10 jóvenes varones (30%) no estudian ni trabajan de manera remunerada.
Sin embargo, el estudio menciona que, de todos modos, es entre las mujeres donde tiene lugar la mayor escolarización o terminalidad educativa. En 2021, superando a los varones (42,1%), el 54,6% de ellas terminó estudios terciarios o continuaba estudiando secundario o terciario.
Con respecto al análisis por situación social, un elemento a destacar es que los jóvenes pertenecientes a hogares pobres vienen mejorando su inserción educativa a lo largo de los años, logrando aumentar casi 9 puntos porcentuales entre el 2017 y el 2021. Esto significó una reducción en los indicadores de los que solo trabajan y de los que no estudian ni trabajan.
Aun así, los jóvenes que no estudian ni trabajan de los estratos obrero integrado y trabajador marginal, a pesar de no haber experimentado un agravamiento de esta situación en pandemia, son los que presentan un mayor déficit (45,5% y 32,9% respectivamente) a lo largo de todo el periodo analizado.
Por otro lado, el estudio indica que alrededor de 2 de cada 10 jóvenes, pertenecientes al estrato de trabajador integrado o de trabajadores marginales, no estudian ni trabajan ni buscan empleo en 2021. Esta múltiple exclusión sólo mejoró en la post pandemia en los hogares de trabajadores marginales por aumento en la búsqueda de empleo, mientras que la situación tendió a volver a los déficit pre pandemia para los jóvenes de hogares obreros integrados.