Agmer se expresó a favor del cambio en el sistema de evaluación en secundaria
“Estamos de acuerdo porque se trata de evitar al máximo una acción punitiva de la escuela”, dijo el secretario adjunto, Martín Tactagi y aseguró que las modificaciones “de ninguna manera significan un desmedro de la tarea educativa”.
Al tiempo que explicó que los cambios que dispuso la resolución 1565 del CGE “son tres: primero, que en el primer trimestre no se puede poner menos de cuatro; segundo, se elimina el proceso de integración de saberes que se daba en las últimas dos semanas de cada trimestre; y tercero, que la calificación de cada alumno desaprobado tiene que estar acompañada por un informe”.
Respecto a la calificación, el dirigente de Agmer Paraná aseguró que “desde hace unos 10 años, las escuelas han resuelto no poner menos de 4 porque de alguna manera es una condena al estudiante, que cuando ve el 1 en la libreta, entiende que es irremontable”. La Resolución, entonces, lo que hace es poner esa práctica “por escrito y de manera sistematizada en el sistema educativo de Entre Ríos”.
“Lo que ocurre muchas veces es que los alumnos, cuando se encuentran con el 1, tiran la toalla, sienten que no están en condiciones de poder sobrellevar un aprieto semejante, por lo tanto pasa lo mismo en los dos siguientes trimestres”, expuso Tactagi.
Al tiempo que remarcó que “no tiene ningún sentido condenar al estudiante poniéndole un 1. Porque lo que vale es el esfuerzo que hacen estudiante y docente, de manera colaborativa en el proceso pedagógico, para que el estudiante pueda apropiarse de los saberes”.
También aclaró que para los docentes no será lo mismo “el 4 que tiene el estudiante que no hizo nada, que el 4 del que sí hizo cosas”. “Los docentes, cuando ponemos una nota, tenemos nuestros cuadernos internos en cada aula donde tenemos en claro que el que no hizo nada debe hacer un esfuerzo”, señaló.
Eliminación de la instancia de integración
Respecto al segundo cambio, Tactagi comentó que la instancia de integración “son dos semanas donde se hace fuerza en algunos saberes prioritarios, para que los estudiantes puedan apropiarse de ellos”.
Ahora, con la nueva resolución, “cambia la lógica” en relación a esto. “Es un cambio que viene operando desde hace varias décadas en la educación en el mundo, que planta que los procesos de evaluación no son solamente las instancias del examen, sino que son procesos largos, que llevan meses, tienen distintas instancias y no se resuelve sólo en una”, explicó.
Apuntó que la Resolución 1565 “señala que permanentemente estamos en proceso de evaluación, para eliminar esa instancia mínima”, por lo tanto la instancia de integración “se extiende a los tres meses del trimestre”.
“Nosotros estamos de acuerdo con esto porque de lo que se trata es evitar al máximo una acción punitiva de la escuela, donde condenaba a quienes no estaban para aprobar y los desaprobaba con un sesgo de castigo. En cambio, con esto se busca empezar a construir procesos juntos”, subrayó en declaraciones a APF.
Además resaltó que “esto de ninguna manera significa trabajar en desmedro de la tarea educativa. Es todo lo contrario: se trata de seguir pensando los caminos de la educación desde otra perspectiva, que nos permita que los pibes y las pibas aprendan más, sepan más, de una manera distinta a la que conocíamos en las escuelas del siglo XX”.
Informe
La Resolución también establece que “la calificación de cada alumno desaprobado tiene que estar acompañada por un informe de los motivos por los cuales no aprobó, o cuáles fueron las capacidades y competencias que le faltaron apropiarse para aprobar el trimestre”, detalló secretario adjunto.
Si bien admitió que la elaboración del informe implica “más trabajo para el docente”, consideró que “es necesario porque le permite a la familia saber por qué el estudiante no aprobó”.
Además, señaló que este punto evita la discrecionalidad del docente, quien “no podrá poner una nota porque se le ocurre, porque no le gusta la cara del estudiante o se portó mal. La calificación tiene que ser a partir de una grilla vinculada con los procesos educativos, no porque el alumno es muy contestatario”, remarcó.
También destacó que “es un lazo hacia la familia” y entendió que se debe “volver a construir ese lazo, porque de lo contrario es muy difícil que los alumnos puedan salir adelante si tienen dificultades”.
Otro punto que destacó del informe es que será “el respaldo pedagógico del docente respecto a la decisión” de desaprobar a un estudiante. “En muchas oportunidades las familias han ido a cuestionar la tarea docente, por lo tanto dejar escrito por qué un docente decide no aprobar a un alumno, es un respaldo y de ese modo el cuestionamiento no es tan sencillo, no hay un ataque a la autoridad docente”, aseveró al respecto.