40 años del conflicto de las Islas Malvinas: diario de una guerra evitable

La guerra que en 1982 enfrentó a la Argentina y al Reino Unido fue un hito que marcó para siempre a la sociedad. Las heridas aún no han cerrado y el dolor quedará para siempre. Fue un conflicto bélico evitable y que solo pretendió ser un último manotazo de ahogado para la dictadura militar. Se llevó la vida de muchos argentinos.

 

Hace cuarenta años Argentina y el Reino Unido se enfrentaron en una guerra que puso en disputa la soberanía de las Islas Malvinas (Falkland Islands, así las nombran los británicos), un archipiélago ubicado en la zona más austral del mundo, en el Océano Atlántico sur, cerca de la Antártida, del que muy pocos sabían hasta entonces. Con ese marco, mientras Argentina sostenía los reclamos y su reivindicación en la pertenencia a la Corona española desde la llegada de los conquistadores españoles en 1492, el Reino Unido ponía sobre la mesa sus propios argumentos dada su vinculación de larga data con el archipiélago atlántico con datos que se remontan al siglo XVII.

 

 

A inicios de 1982, la Argentina aún se encontraba secuestrada de facto por el Gobierno militar que había usurpado el poder y las instituciones desde el 24 de marzo de 1976, y para ese momento el desgaste ya era inocultable. Fueron muchos los intentos de la sangrienta dictadura del “Proceso de Reorganización Nacional” por perpetuarse en el poder, pero nunca se había llegado tan lejos. Atrás quedaba el recuerdo del primero de esos intentos, con la organización del Mundial de fútbol en 1978, un hecho que si bien se había acordado desde mucho antes de la llegada de los golpistas al poder, fue hábilmente utilizado por éstos para “maquillar” el horror que se vivía.

 

 

Tras idas y vueltas, con la hoja de ruta quemada, sin la más mínima previsión de la gravedad de los acontecimientos que estaba por desatar, la cúpula de las Fuerzas Armadas que copaban ilegalmente el Gobierno argentino, encabezada por el general Leopoldo Fortunato Galtieri, decidió lanzar su último manotazo de ahogado. Solo que esa locura llevó a la muerte a nada menos que 649 soldados argentinos en el campo de batalla, de los cuales 323 eran tripulantes del crucero ARA “General Belgrano”, hundido por la Armada británica.

 

 

 

 

Lo actuado por la Junta militar en ilegítimo ejercicio del poder fue una auténtica masacre perpetrada contra el mismo pueblo argentino, enviando a la muerte a muchísimos soldados conscriptos, la mayoría de ellos de apenas 18 años de edad, que no eran profesionales de las Fuerzas Armadas y que no solo no tenían la preparación necesaria para enfrentar una guerra, sino que además no contaban ni siquiera con los más mínimos e indispensables pertrechos para hacerlo.

La bandera argentina estuvo en lo más alto de los mástiles en las Islas Malvinas durante 74 días, un tiempo en el que -además de las muchas bajas argentinas- murieron 255 británicos y tres isleños. Los dramáticos acontecimientos que paulatinamente luego se sucedieron transformaron a la guerra de las Malvinas en un conflicto bélico que trascendió el orden militar y que tuvo inocultables consecuencias sociales en los dos países involucrados. Las huellas del drama de esas acciones aún se siguen notando en la sociedad argentina toda.

 

 

Viernes 19 de marzo de 1982. Un grupo de chatarreros argentinos, que habían desarmado una antigua factoría ballenera en una isla del archipiélago de las Georgias del Sur, bajo control del Reino Unido, enarbolan una bandera argentina. El momento provocó un pequeño terremoto en el Reino Unido, donde se especuló con que los obreros estuvieron acompañados de fuerzas militares argentinas. En general está considerado un antecedente del conflicto.

 

 

 

Viernes 2 de abril. Tropas argentinas desembarcan en Port Stanley (bautizado por Argentina como Puerto Argentino), la capital de las Malvinas. Tras una breve resistencia, el gobernador británico Rex Hunt se rinde. Desde un balcón de la sede del gobierno en Buenos Aires, el teniente general Leopoldo Galtieri anuncia ante una multitud enfervorizada que Argentina había recuperado las islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur. Mientras, en el Reino Unido dimite el ministro de Exteriores, Lord Carrington.

 

 

Sábado 3 de abril. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprueba la Resolución 502 que exige el cese inmediato de las hostilidades y la retirada de las fuerzas argentinas. Es el punto de partida de una creciente actividad diplomática en la que destaca las gestiones del general Alexander Haig, en nombre del presidente estadounidense, Ronald Reagan. Por su parte, la Unión Soviética dio su apoyo a Argentina.

 

 

Lunes 5 de abril. El Reino Unido comienza la movilización de más de 25.000 soldados y alrededor de un centenar de navíos de guerra, una enorme maquinaria militar que pone rumbo a las Malvinas.

 

Lunes 12 de abril. El Reino Unido impone una Zona de Exclusión Marítima de 200 millas alrededor de las islas. En un gesto interpretado como favorable a la salida diplomática, Argentina retira sus buques a sus bases en el continente y mantiene solamente un destructor y una fragata aunque fuera de la zona de exclusión.

 

 

Lunes 25 de abril. Las tropas británicas comienzan sus ataques sobre diversos puntos de las islas Georgia. Al día siguiente el teniente de navío Alfredo Astiz, condenado en 2017 a cadena perpetua por torturas durante la dictadura militar, se rinde ante los británicos sin oponer resistencia.

 

 

Sábado 1 de mayo. Los primeros ataques aéreos británicos tienen como objetivo el aeropuerto de Port Stanley. Al mismo tiempo, buques de guerra bombardean objetivos en la isla. En puntos de las Malvinas Orientales y Occidentales comienzan a desembarcar tropas especiales británicas.

 

 

Domingo 2 de mayo. El submarino nuclear británico Conqueror hunde el crucero argentino General Belgrano. En relación a este episodio se ha especulado mucho, ya que parece demostrado que el navío no representaba una amenaza potencial.

 

 

Martes 4 de mayo. Argentina hunde el destructor Sheffield y derriba un avión Sea Harrier británico. Alrededor de una treintena de tripulantes del navío y el piloto de la aeronave fueron las primeras víctimas británicas del conflicto.

 

 

Martes 25 de mayo. 24 marinos británicos mueren en el ataque aéreo argentino al destructor HMS Coventry y al buque de transporte Atlantic Conveyor. Los dos navíos fueron alcanzados por misiles Exocet, que provocaron el hundimiento del primero.

 

 

Sábado 29 de mayo. Las fuerzas argentinas se rinden después de una batalla de 40 horas en la llanura de Goose Green, en el istmo de Darwin en la isla Soledad. Fue el primer enfrentamiento terrestre de la guerra y en el mismo perdieron la vida 17 soldados británicos y 47 argentinos.

 

 

Martes 8 de junio. Aviones de combate argentinos atacan a la flota británica en una zona conocida como Bahía Agradable por los argentinos y Fitz Roy por los británicos. La acción retrasó los planes para desembarcar y recuperar la capital de las Malvinas. En la acción los buques logísticos Sir Galahad y el Sir Tristram fueron alcanzados por las bombas argentinas. Fue uno de los momentos más duros para las fuerzas del Reino Unido que perdieron 56 combatientes. Además, tres pilotos argentinos fueron abatidos.

 

 

Sábado 12 de junio. Mientras se intensifican los ataques británicos sobre Port Stanley y el ataque final parece estar cerca, los argentinos consiguen una última victoria con el ataque con misiles antibuque Exocet al destructor británico HMS Glamorgan, que sufrió daños considerables.

 

 

Lunes 14 de junio. El general británico Jeremy Moore y el gobernador militar argentino de las islas, Mario Benjamín Menéndez, firman un alto el fuego que tras 74 días pone fin al conflicto. Muchos ciudadanos argentinos rechazaron la rendición.

 

649 argentinos murieron durante el conflicto bélico. Otros 1082 resultaron heridos. Más de 400 se suicidaron en los años siguientes a la guerra. Las Islas Malvinas fueron, son y serán argentinas. No debemos olvidar.

 

Por Marcelo García

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