El pasado martes, el ticket por los servicios en una peluquería de Pinamar causó revuelo y a poco de ser compartido en las redes, se volvió viral. Según el detalle de la cuenta, los gastos fueron $7800 por reflejos, $7800 por iluminación, $900 por el lavado, $1400 por la manicura, $1400 por el corte, $700 por el peinado y $ 4100 por “trabajos técnicos”. El total, $23.800.
Los debates virtuales por el costo no tardaron en llegar y hubo quienes se quejaron por todos los precios, y quienes advirtieron que todas las peluquerías exhiben el listado en la puerta, por lo que cada cliente sabe lo que pagará.
“Era un chico de entre 16 a 18 años que lo trajo la madre y lo dejó. Entiendo el reclamo, una persona puede quejarse por el precio, pero no por algo que no pasó. Él tenía el pelo castaño y nos pidió que le quede rubio platinado, como se usa ahora. Eso fue un cambio de look no un corte de pelo”, aclara Leo Rey, dueño del local de la calle Constitución, de Pinamar.
Ese proceso requirió trabajo y tiempo. “Tiene dos decoloraciones mínimas para llegar al color deseado y cuando se decolora se pone el color elegido, en este caso el platinado. Todo esto lleva entre cuatro y cinco horas porque se va decolorando lentamente, hay que chequear que el pelo responda a los productos que son todos importados, etc. Allí solamente hay dos trabajos más el trabajo técnico del color. Más allá de eso, el chico se cortó el pelo, se peinó y se hizo las manos”, detalla.
El joven, oriundo de Formosa, había consultado, además, si podían hacerle los pies y depilarlo. “Como trabajamos con turnos, la manicura tenia todo ocupado y le dijo que no sino el chico seguía consumiendo diferentes servicios por propia decisión porque nadie se lo ofreció ni obligó a nada”, asegura.
La sorpresa llegó cuando la mujer regresó a buscarlo y vio el monto a pagar. “Se encontró con esa factura y se sorprendió, pero en el detalle se refleja todo lo que hizo que llegara a ese precio”, agrega.
El peluquero, con 30 años de experiencia y formado en la academia de Roberto Giordano, aclara que por reglamentación, todas las peluquerías deben exhibir la lista de precios en la vidriera y en la recepción.
“No solamente vienen clientes que ya saben lo que tienen que pagar sino de otros lugares donde quizás se manejan con otros precios, no queremos que nadie se sorprenda. Queremos que el cliente entre sabiendo que va a pagar ese precio por el tipo de servicio de damos desde hace 16 años”, dice respondiendo las críticas.
Disgustado por los comentarios, afirma: “En la redes sociales es muy fácil distorsionar y hacer reclamos. Nosotros no podemos decirle al chico ‘tenemos que pedirle permiso a tu mamá para saber si podemos hacer todo eso’, porque no lo hacen en los boliches tampoco”.
Respecto al ítem “trabajos técnicos”, que tantas dudas generó, Rey aclara: “Como se hizo dos decoloraciones, que se ve en el ítem de iluminación y reflejos están ocupados por las decoloraciones, el trabajo de coloración o baño de luz se le agregó abajo. Es una cuestión de orden, pero se refiere al color”.
Desde hace unos años, en el salón recibe más hombres que antes para hacerse distintos procedimientos estilísticos. “Ahora son más coquetos. Vienen a plancharse el el pelo, a hacerse decoloraciones, reflejos, iluminación, las manos y se depilan. Acá estamos por abrir el segundo local y por suerte nos va muy bien”, finaliza.