La semana pasada se cumplió un mes de los cambios de Gabinete que se dieron luego de las discusiones internas en el Frente de Todos tras la derrota en las PASO. A tres semanas para las elecciones generales, el Gobierno tiene el objetivo de revertir los resultados, al menos, en la provincia de Buenos Aires, el territorio que todos mirarán para decir si se ganó o perdió la elección. En ese contexto, y ya sin poder hacer anuncios de gestión por lo que establece el calendario electoral, el oficialismo encara el tramo final de la campaña, con mucha presencia territorial y sin descuidar las negociaciones con el FMI.
Una campaña territorializada
A diferencia de la primera etapa en la que el canciller Santiago Cafiero fue el jefe de campaña, ahora, tal como contó a este diario un ministro que forma parte de la mesa territorial y política de Fernández, esa tarea está asignada a cada uno de los gobernadores que tiene que hacerse cargo de lo que sucedió en su distrito. Lo mismo ocurre con los intendentes del conurbano.
Juan Manzur es en este momento quien los coordina y recibe de manera constante. El jefe de Gabinete, por ejemplo, se reúne asiduamente con el gobernador, Axel Kicillof; con el nuevo jefe de ministros provincial, Martín Insaurralde –que ha tomado gran protagonismo en la gestión bonaerense en las últimas semanas– y con los intendentes del conurbano. “Hay una contención y una escucha atenta. Desde lo político, podemos asegurar que los intendentes van a tener una participación más activa en esta elección”, opinan en Balcarce 50 y eso ya se visualiza en el territorio, donde los jefes comunales están recorriendo casa por casa en busca de aquellos que no fueron a votar en las PASO, publicó el diario Página/12.
Manzur también está dedicado a ocuparse del interior del país y a resolver lo que está pendiente en relación a obras y pedidos, no solo de gobernadores de su espacio político, sino también de los opositores. El jueves, por ejemplo, estuvo con el jujeño Gerardo Morales y antes con el correntino Gustavo Valdéz. “Está recibiendo a todos”, indican desde el Gobierno y agregan que “eso es lo que el Presidente dijo cuando asumió, que iba a ser un gobierno federal”.
Manual de campaña
Los principales representantes de cada espacio dentro del FdT tienen un manual de campaña con distintos ítems en el que principalmente se consigna que debe haber una “agenda positiva”, y trabajar sobre el “sí al futuro”. En el Gobierno aseguran que la reactivación pospandemia ya comenzó y que los números positivos empiezan a llegar a todos. “Ya se publicaron los números nuevos del INDEC sobre la actividad económica y estamos arriba de los valores del 2019”, resaltan.
Para el oficialismo hay ocho provincias “clave” y son las que renuevan senadores: Chubut, Catamarca, Tucumán, Córdoba, La Pampa, Corrientes, Santa Fe y Mendoza. La mirada está puesta en tener allí una buena performance para no perder el quórum en la Cámara de Senadores. En PBA, sin embargo, se llevará a cabo la madre de todas las batallas y el objetivo del oficialismo es superar, o al menos empardar, a la oposición. Para eso, explican, los intendentes del conurbano y todo el gabinete nacional debe ir “casa por casa” a buscar a los más de cuatro millones de personas que no fueron a votar en suelo bonaerense, para intentar recuperar los más de dos millones de votos que el FdT perdió en PBA en relación a la elección de 2019.
Camino hacia 2023
Desde Casa Rosada expresan que “hay que contener a gobernadores e intendentes, no solo por las elecciones, sino porque el gobierno sigue. Quedan dos años de gestión y hay que seguir dando respuestas. La gestión pública no puede parar, tiene que ser muy aceitada y mejorar sus estándares”. Cerca del Presidente aseguran que “las medidas económicas que se tomaron, por ejemplo, no son para el 14 de noviembre, sino para reconectar con el electorado”.
El pedido a los ministros, tanto del Presidente, como de Manzur, es que trabajen mucho. “Que trabajen y redoblen el esfuerzo, que todo lo que está en marcha y que comienza a marchar no se trabe burocráticamente, que la administración del Estado funcione”, comentan en el oficialismo. Eso también repite el asesor comunicacional de la campaña, Antoni Gutiérrez Rubí y lo que le dijo el jueves a gran parte del gabinete en la reunión que encabezó en Casa Rosada: que recorran las provincias difundiendo las políticas que se tomaron en cada cartera en beneficio de los distintos sectores sociales.
Manzur y el FMI
“El Presidente le pidió que vaya para poner la presencia política del Gobierno y la voluntad de pagar la deuda y llegar al mejor acuerdo posible en relación a los intereses de Argentina”, confiesan en Casa Rosada luego del viaje del jefe de Gabinete a Nueva York, hace menos de dos semanas. Alberto Fernández, en contexto de elección, no descuida las negociaciones con el FMI para lograr llegar a un acuerdo que, como repite constantemente “sea lógico y sostenible para la vida de los argentinos”. En esa línea, el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz, estuvo en Estados Unidos dialogando con Jake Sullivan, consejero de seguridad nacional del Presidente norteamericano, Joe Biden.
Sobre el encuentro que Manzur llevó adelante con inversores, detallaron que “no fue fácil” y que se trató de una reunión “áspera”. “Preguntaron cuál es la visión dentro del FsT de cerrar un acuerdo con el Fondo, si hay o no hay voluntad de pagar”, explican desde el oficialismo e indican que “Manzur planteó que hay voluntad y que todas las partes del FdT tienen la misma intención. Lo que más preguntaron fue si la vicepresidenta (Cristina Fernández de Kirchner) estaba de acuerdo con eso y, por supuesto, Manzur dijo que sí, porque lo dijeron públicamente y porque es un tema que habló con ella y con Alberto antes de viajar”.
El viaje al G20
El mandatario está terminando de ultimar los detalles para el viaje internacional que realizará la próxima semana. Participará de la cumbre del G20 en Roma el 30 y 31 de octubre y de allí partirá a Glasgow, Escocia, donde asistirá a la Cumbre por el Cambio Climático. Para organizar la agenda, Fernández estuvo reunido el jueves más de tres horas con Cafiero en Casa Rosada. Desde el oficialismo descartaron la posibilidad de reunirse con el Papa en Roma y aclararon que, al ser un contexto electoral, “ni siquiera hicimos el pedido”.