La juegan de “frentistas” y “socios menores” pero son más que habilidosos a la hora del negocio político. Tanto al actual diputado concordiense Néstor Loggio, como al oriundo de Cululú Santa Fe y ex diputado nacional, Nelio Calza, les viene al dedillo las próximas elecciones. Al igual que los invitados en la mesa de Mirtha Legrand, esperan sentados oliendo ansiosos el plato del menú que se avecina.
Por DC para Diario del SUR Digital
Tuvieron la suerte de compartir en aquellos años de rebeldía burguesa el claustro universitario con el actual gobernador Gustavo Bordet en la UNER. Pero tanto Loggio como Calza, a diferencia de otros estudiantes, entonaban sin que les pidan el cancionero de protesta. Así el Che, como Sandino o Camilo Torres, eran los referentes ideológicos, junto a Carlos Marx como estrella del norte. Pero todo era una obra de teatro armada, una simulación al mejor estilo actoral del reconocido Carlitos Miggoni.
Para ser honestos, nunca sintieron empatía ni con sus amigos. La política para ellos supo ser el intersticio, la brecha por donde, sin romperse la ropa y menos sus delicadas manos, para acceder a una mejor vida.
Decíamos que como los invitados en la mesa de Mirtha Legrand, esperan sentados oliendo ansiosos el plato del menú que se avecina. Y no es una cuestión de sorna antojadiza. Es una verdad casi absoluta. Al aproximarse el cierre de listas y la conformación de los agrupamientos o frentes que se disputaránn este año electoralmente para elegir los diputados nacionales, Loggio y Calza revivirán por enésima vez el cadáver del Partido Frente Grande para no perder la costumbre y negociar a futuro algunos cargos, ya que se sabe públicamente que el gobernador Gustavo Bordet estará participando del armado para el año 2023.
Como jugadores empedernidos, juegan sus fichas, apostando a un buen futuro. Pero no al futuro colectivo. Sino al futuro de sus abultados bolsillos. Menem, De la Rúa, Montiel, Busti, Urribarri, Kirchner, Bordet, son la línea de continuidad que han recorrido a lo largo de sus camaleónicas vidas, montando por izquierda y bajándose por derecha y sin cuestionarse nada.
El tiempo, maestro que todo lo enseña, dirá si este cadáver seguirá siendo Lázaro en época de elecciones o por el contrario ya cumplió su ciclo y tanto Loggio, como Calza, se retirarán a sus hogares a contar el ganado, a deshojar margaritas o continuar viajando por el mundo con el dinero que supieron amasar durante décadas mamando del Estado.
Diario del Sur