Turismo en la naturaleza entre Puerto Yeruá y Nueva Escocia, con avistaje de aves, cabalgatas y paseos a pie y en bicicleta por senderos del monte junto al río
Un grupo de entrerrianas y entrerrianos se prepara a salir de la cuarentena con actividades recreativas en medio de la naturaleza entre Puerto Yeruá y Nueva Escocia, media hora al sur de Concordia. El profesor Rubén Bonelli y la profesora Julieta Ferrer, miembros de la Asociación Artiguista, explicaron a UNO el proyecto dentro de un plan mayor llamado Salto Grande Explora.
DE YERUÁ A NUEVA ESCOCIA, DENTRO DEL CAMPAMENTO DE PURIFICACIÓN. CIENTOS DE ESPECIES DE AVES A LA VISTA CON LOS MÁS DIVERSOS COLORES Y TRINOS, AVES DEL MONTE, DEL RÍO; CIENTOS DE ESPECIES DE ÁRBOLES, ALLÁ DEL ESPINAL, ACÁ DE LA SELVA EN GALERÍA; Y UNA TRANQUILIDAD QUE EL MUNDO MODERNO AÑORA; SERENIDAD INDÍGENA, HORIZONTAL, AIRE PURO PARA LA SANACIÓN DE TANTA COMPETENCIA, TANTAS PREOCUPACIONES, TANTO APURO.
Un grupo de entrerrianas y entrerrianos se prepara a salir de la cuarentena con actividades recreativas en medio de la naturaleza entre Puerto Yeruá y Nueva Escocia, media hora al sur de Concordia. El profesor Rubén Bonelli y la profesora Julieta Ferrer, miembros de la Asociación Artiguista, explicaron a UNO el proyecto dentro de un plan mayor llamado Salto Grande Explora.
Para amantes del senderismo; para familias que deseen descansar en el verde, compartir un recorrido a caballo en el atardecer, salir en grupos en bicicleta; para quienes quieran practicar deportes a campo, ¿qué brindarán los panzaverdes? Una red de sendas entre dos poblaciones del Departamento Concordia, a lo largo de 12 kilómetros, y le llamarán con gran acierto Circuito Artigas. Enfrente, del otro lado del río, la memorable Meseta de Artigas, Departamento Paysandú.
La estancia El Hervidero donde se habría ubicado la Villa de Purificación en el Uruguay iba a ser expropiada por el gobierno oriental para hacer allí un parque histórico nacional. Sería algo así como la Meca de los Pueblos Libres, si allí se organizó la defensa de los principios republicanos, federales, populares, independentistas entre ruedas de mate y fogones gauchos, con alta presencia de afroamericanos y aborígenes. Largo sería detallar los documentos firmados en ese Campamento, empezando por el Reglamento de Tierras.
Pero finalmente el entonces presidente Tabaré Vásquez reculó, y el lugar quedó en manos de su propietario, César Gutiérrez Amaro. La casona construida tiempo después de la revolución se ve desde la orilla entrerriana (Ver fotos).
Unos establecimientos linderos pertenecerían a los futbolistas Luis Suárez y Edinson Cavani, ambos nacidos unos metros más al norte, en Salto.
La costa entrerriana, enfrente, fue parte de una enorme superficie llamada Estancia Grande. Hoy, qué paradoja, Puerto Yeruá queda en el distrito Yuquerí, y Nueva Escocia en el distrito Yeruá. Todo por influencias de los arroyos y la toponimia indígena.
SITIO HISTÓRICO
Ya mostraremos el proyecto ambicioso de la vecindad, pero digamos de entrada que por allí se organizó la Liga de los Pueblos Libres, por allí cabalgaron viajeros de los puntos más distantes que adherían a la revolución federal o la combatían; más puntualmente: por allí anduvo de amores el Protector de los Pueblos Libres cuando gobernaba la Liga, y allí instaló los cañones para el control del río Uruguay y defensa de la Villa de Purificación que organizó durante el gobierno de la región, en 1815.
Puerto Yeruá da al Paso Hervidero, un estrechamiento del río Uruguay aprovechado de antiguo para controlar el río. Y es que el cuartel de Purificación en el Paso Hervidero abarcaba las dos orillas y el río no era, como hoy, una frontera sino una cancha de comunicación muy fluida; “y tampoco fluctuaba como hoy porque no estaba el represamiento”, aclaró Rubén Bonelli, docente y periodista, con domicilio en una casa de Puerto Yeruá bautizada La Montonera.
“El objetivo es identificar un recorrido troncal en general de baja-media dificultad que permita unir mediante senderos señalizados un total de aproximadamente 30 kilómetros comprendidos dentro de las localidades de Puerto Yeruá y Nueva Escocia. Conocer estos lugares simplemente caminando, en bici o a caballo. Observar la naturaleza en todo su esplendor, como lo son su formación geológica, la selva en galería, la ribera del río Uruguay, y los diferentes paisajes que ofrecen las dos localidades”.
Eso dice el grupo de organizadores en su proyecto que incluye puentes colgantes muy pintorescos, miradores, calles entre la vegetación, servicios para hacer el paseo seguro en horas de sol o durante la noche. No falta el diseño de un monolito en homenaje a José Artigas, que inspira esta iniciativa.
El texto enumera metas que ponen en valor las bellezas naturales del lugar, rincones poco explorados, y momentos históricos cruciales para todo el sur del continente, como el Campamento de Purificación. Y para su ejecución prevé un posible financiamiento de Salto Grande, considerando que la zona ha sido afectada por los altibajos del río ocasionados por el represamiento con fines hidroeléctricos.
Los amores
Purificación fue el principal centro de operaciones de José Artigas durante la existencia de la Liga de los Pueblos Libres que comprendía a Uruguay, Entre Ríos, Santa Fe, Corrientes, Misiones y Córdoba, en la década posterior a la Revolución de Mayo.
Hay testimonios de la presencia de Artigas en Purificación, entre Paysandú y Salto, atendiendo mil y una gestiones sentado sobre una cabeza de vaca; y hay testimonios de que la batería de cañones que defendía esa población estaba en Yeruá, es decir, del otro lado del río Uruguay, en Entre Ríos. También se conocen relatos del paso muy habitual de Artigas a la costa entrerriana, ¿a qué? A noviar. ¿Con quién?
El arqueólogo oriental Daniel Vidart, un descendiente de José Artigas, fue entrevistado en 2008 a los 87 años por la investigadora Gelsi Ausserbauer, y ofreció un comentario esclarecedor: “Mi abuela paterna era nieta de una hija nacida de la unión de Artigas con una india misionera, cuyo nombre nunca se conoció. Era un amor secreto. Artigas, cuando residía en Purificación, cruzaba el río Uruguay a nado para verla. De esa unión nació María Escolástica, una mujer de ‘pelo en pecho’, cuya vida fue digna de una biografía novelada”.
Vidart murió el año pasado a los 98 años de edad. La abuela de su abuela era medio hermana de Santiago y María, que Artigas engendró en esos años con la paraguaya Melchora Cuenca. “Cuando nace mi tatarabuela María Escolástica, en Entre Ríos o en Purificación, Artigas se preocupa por instruirla. Ella aprende a leer y escribir con el padre Monterroso, su secretario, a quien María Escolástica llamaba ‘el padre Roso’. Sobre su larga vida existen documentos y reportajes de época. Sus restos descansan en el Panteón de la familia Rodó, en el Cementerio Central”, comentó Vidart. ¿Qué pasó con la mamá? ¿Se quedó del lado argentino?, preguntó la periodista. “En efecto, no acompañó a su hombre. Se quedó en Arroyo de la China, hoy Concepción del Uruguay. Era, quizá, una mujer casada, o muy sensible a los prejuicios del medio social”.
Purificación abarcó las dos costas; si el jefe de la revolución tenía cañones y amores en Entre Ríos resulta obvio que todo formó parte del mismo sistema local. Sin contar que hijos de Artigas como Manuel y Santiago vivieron largo tiempo con sus familias en Concordia y Concepción del Uruguay, es decir, las ciudades más pobladas en las inmediaciones del sitio Purificación-Hervidero-Yeruá.
“Al lugar donde suponemos que estuvieron las baterías de Artigas podemos acceder hoy, está a quince cuadras de mi casa en Yeruá, es una banda de arena frente a la villa de Purificación, pero dependemos de Salto Grande, porque el río es muy fluctuante desde que hicieron la represa, sube o baja dos metros en un rato, y eso también ha erosionado muchísimo”, comentó Rubén Bonelli. El estudioso apuntó que existen cavas del lado entrerriano para la extracción del basalto que luego es usado principalmente en Paraná por empresas viales.
Balcón al río
Las barranquitas de Yeruá son un balcón al Uruguay, allí podemos tocar y apreciar el paisaje que cobijó a Purificación, con árboles y pájaros que son nietos de nietos también, como Vidart, de los habitantes de siglos pasados a dos bandas.
Interesante el proyecto que involucra familias de la zona, las comunas de Yeruá y Nueva Escocia y la Comisión Mixta de Salto Grande, para aprovechar un paisaje envidiable en el nordeste entrerriano, y para recuperar los lazos de hermandad con las y los orientales. El circuito facilita el acceso a lugares bellos y llama a una relectura de la historia regional, con centro en la unidad milenaria de los pueblos de las dos bandas del río hasta que intereses ajenos trazaron una frontera, sin el aval por supuesto de los lugareños.
El proyecto involucra aspectos variados de la vida regional, y está bien fundado. Pero se potencia con la energía que le ponen los vecinos, confiados en que la pandemia y su correlato, la cuarentena, un día cederán, y que lo mejor sería que nos encuentren no resignados sino organizados, con ganas de emprender.
Además, toma riesgos porque articula algunos lugares públicos y privados que a juicio de los organizadores pueden trabajar en forma complementaria, por el bien de toda esa región entre Yeruá y Nueva Escocia. Trabajo, obras, servicios, hospedajes, protección del ambiente, conocimiento de nuestra historia, integración de los pueblos, son algunos de los objetivos que nos explicaron Rubén Bonelli y Julieta Ferrer. Y sobre los cuales trabajan para que no queden cabos sueltos. Uno aprecia ya el diseño, por ejemplo, del puente colgante de 40 metros sobre el arroyo Ojeda y ya dan ganas de caminarlo.
El arroyo Ojeda figura en mapas antiguos como arroyo El Hervidero, de este lado del Uruguay, tocayo del de la otra banda. En el sur entrerriano también hay un arroyo Gutiérrez de un lado, y otro Gutierrito del otro. Curiosidades.
Los organizadores querrían llamar Ansina, al puentecito de madera, en homenaje al gran compañero de Artigas.
Habrá que ver qué sensibilidad encuentra la vecindad en los organismos de la región para escuchar, aceitar los caminos, limpiar los obstáculos.
Los arqueólogos
Ya apuntados algunos aspectos del sueño de los habitantes de Yeruá y Nueva Escocia, entramos en un estudio del arqueólogo Antonio Lezama, junto a Virginia Pereira y Ezequiel Fernández, para afinar los conocimientos en torno de Purificación.
Los investigadores orientales realizaron una exploración arqueológica fluvial con la idea de localizar con mayor precisión el Campamento de Purificación. El estudio fue realizado dentro de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de la República (Uruguay), en convenio con la Comisión del Patrimonio Cultural de la Nación en el país hermano.
Los organismos le pidieron a Lezama y su equipo que entendiera y explicara el uso del río Uruguay en el campamento artiguista. “Nos propusimos como objetivo realizar una primera prospección del área, desde el Arroyo Chapicuy hasta el Río Daymán, con el fin de obtener información sobre los posibles lugares utilizados por las fuerzas de Artigas como puertos y embarcaderos”, dicen los investigadores en las conclusiones. Buscaron vestigios de la actividad fluvial y contrastaron con datos históricos, en contacto con investigadores del departamento de Historia del Uruguay.
La navegación durante el período artiguista fue abordada por el equipo del Departamento de Historia del Uruguay integrado por Ana Frega, Ariadna Islas, Daniele Bonfanti y Magdalena Broquetas bajo el título Purificación en el Sistema de los Pueblos Libres: el tráfico mercantil. Además hay datos de Agustín Beraza en sus obras Las campañas Navales de Artigas y Los Corsarios de Artigas. Todo ello fue consultado por el equipo del arqueólogo.
“El campamento de Artigas -se lee en las conclusiones del doctor Lezama- estuvo emplazado en la zona del Hervidero, primer obstáculo importante en la navegación sur norte del río Uruguay. Se trata de un estrechamiento del río, motivado por afloramientos rocosos, el que provoca una aceleración de la corriente, que se manifiesta en remolinos y correderas, haciendo que el agua parezca hervir, tomando su nombre de esta imagen. El Hervidero se extiende por unos 4 kilómetros desde la desembocadura del arroyo Hervidero, en la costa uruguaya, hasta unos 5 km al sur del Río Daymán”.
“Siendo un obstáculo muy importante, no llegaba a impedir la navegación, existiendo un paso sobre la orilla argentina, razón por la cual la zona es generalmente conocida como el Paso del Hervidero. Es importante aclarar que se trata de un paso para las embarcaciones y no -como creemos que en algún momento se ha confundido- para aquellos que desean atravesar el río a pie, ya que esto es imposible dada la velocidad de la corriente”.
Pocos vestigios
“En tiempos de Artigas -dicen los estudiosos- destacamos dos tipos de navegación: la mercante y la de guerra. La marina mercante, principalmente la de cabotaje, prosiguió sus actividades pese al conflicto. Los sucesos políticos de los años 1815 y 1816 determinaron su desplazamiento hasta el norte del Bajo Uruguay. La navegación comercial no estuvo limitada al Hervidero, sino que utilizaba todos los ‘puertos’ al norte del río Negro: Arroyo de la China, Paysandú y San José”, precisan. En paralelo surgió una fuerza naval militar.
“El movimiento mercante se desarrollaba entre los puertos de Montevideo, Colonia, Soriano, Paysandú, Purificación y Arroyo de la China, trasladando principalmente yerba, tabaco, cueros, sebo, huesos, crines y carbón de leña”.
Los relatos sobre la fuerza naval artiguista nombran una y otra vez las costas oriental y entrerriana del río Uruguay, y los puertos del Paraná, con presencia de diversas embarcaciones: balandras, canoas, chalupas, faluchos, goletas, lanchas, lanchones, sumacas, etc.
Más adelante, Lezama trata del uso del río Uruguay en el período artiguista. “Del análisis de las fuentes concluimos que, si bien desde el Campamento de Purificación se había mantenido una permanente actividad fluvial, principalmente de comunicación, pero también mercantil, con el Litoral y con Montevideo y, también, de comunicación este-oeste entre la Banda Oriental y el Entre Ríos, dicho campamento nunca fue un punto central de actividad marinera, como ancladero de la flota o astillero, por ejemplo y, que dicha actividad, por su escaso volumen en términos reales, no dio lugar a modificaciones estructurales, cuyos vestigios pudieran haber sobrevivido hasta nuestros días”.
Hallaron hierros, cerámicas, vidrios, pequeñas modificaciones del paisaje que están aún para explorar porque quizá bajo el suelo haya restos de algunos ranchos; pero poco más.
Los estudiosos copian testimonios coincidentes que refieren a una batería con cañones, para cuidar purificación, ubicada en la margen derecha del río, es decir, frente a Purificación, en territorio entrerriano. Y otro dato por demás llamativo para la vecindad: Artigas “las más de las noches pasa el Uruguay con escolta a ver una mujer que tiene del otro lado”.
Lezama estudió el punto de ubicación posible de la batería en Entre Ríos, con cañones custodiando Purificación y el paso del río Uruguay, para determinar dónde se emplazaría el Campamento de Purificación que, obviamente, debía estar a la vista de los cañones que la iban a defender desde nuestro territorio.
“El estrechamiento del río, claramente observable hoy pese al moderno derrocamiento del paso para facilitar la navegación, obliga a pasar contra la costa argentina, determinando prácticamente un único punto, dado el carácter filiforme del ‘muelle’, en el que las embarcaciones quedarían prácticamente a merced de los cañones, cerrando, con la ayuda del accidente natural, la navegación por el río Uruguay”.
“Observamos -agrega Lezama- que, en dicho punto, la costa es de arena y se eleva, en suave gradiente hacia el interior, facilitando la maniobra de los cañones… Desde ese punto de la costa argentina se ve claramente, en la costa uruguaya, la lomada alta sobre la que debió situarse el campamento de Artigas”.
“El emplazamiento de la batería debe corresponder al punto en donde ésta es más eficiente militarmente. Hay solo un lugar en que esta eficiencia es posible, en donde el ‘muelle’ estrecha el curso del río Uruguay y obliga a pasar junto a la costa argentina. Como refuerzo de esa conclusión allí la costa es firme, de arena, y se eleva progresivamente hacia el interior hasta una cota fuera del alcance de las crecientes (es donde hoy se encuentra el pueblo de Yeruá)”, dice Lezama en sus conclusiones.
Existe una decena de aportes de investigadores y testimonios previos al estudio de Lezama y compañía, y muchos coinciden en el lugar del Campamento de Purificación. Si quedaron vestigios de la batería de defensa, en Yeruá, el tiempo lo dirá.
Fuente: Uno